viernes, 13 de enero de 2012

Crecer

Estaba pensando en todo lo que ha pasado por mi vida, y sólo podía recordar momentos gloriosos. Pensaba en mis primeros días del colegio, los primeros amigos, mis cumpleaños, salidas con mis primos y amigos, fiestas en muchos lugares, las vacaciones, etc. En fin, llegué a la conclusión de que mi vida ha sido plena. Sí, he tenido altos y bajos, he llorado en varias ocasiones, he reído en demasiadas, he sido escuchada , también he escuchado los consejos y problemas de mis amigos y he conocido a gente increíble.

Debo Confesar de que siempre he temido al tiempo, al avanzar rápido, al no disfrutar de esos momentos preciados, que muchas veces son inadvertidos por muchos, pero que sí uno logra enfocarse y piensa detenidamente y los disfruta, son inolvidables.

Pensaba que 23 años no es demasiado, es un número grande (Bueno para mi). Pero representa en mi vida experiencia, tal vez no es mucha pero es Experiencia. En 23 años he conocido a más de 200 personas, y no lo digo jactanciosamente, porque sinceramente uno podría conocer a personas nuevas todos los días y el apreciar esa enorme bendición es algo que honestamente brinda felicidad.


A los 3 años uno añora el entrar al colegio, porque ve que su hermano mayor ya va al Jardín y que hace tareas y ve que tiene más responsabilidades y uno quiere crecer también. A los 5, uno está enormemente emocionada por tener nuevas oportunidades de amigos, porque conoces a alguien un día e inmediatamente es tu mejor amigo. A los 10, quieres un poco de independencia y si tus padres lo ven del buen lado la obtienes y con eso tu piensas lo madura que eres para tu edad y te encuentras orgullosa de ser tan buena (Jajajajaja, ya para esa edad habían nacido todos mis hermanos menores).



A los 12, conoces el amor... Quieres ser dependiente nuevamente, pero esta vez un poco más emocional que con tus padres quieres crecer porque con el niño que te gusta tu simplemente te proyectas para la eternidad. Pero tal vez resulte un corazón roto de todo eso, sin embargo te recuperas y sigues adelante, es increíble, nuevamente muestras madurez.

A los 18, quieres independencia total, eliges una carrera y ya debes valerte por ti misma, y no es malo aprender a porrazos (a veces un tanto innecesario), porque finalmente es tu vida y es la forma más clara de aprender, de tu propia experiencia, aunque tus padres te miren y piensen un "yo te lo dije". Entonces, ahí conoces a más personas generas nuevos lazos aunque antes hayas prometido amistad eterna a tus compañeros de colegio y les hayas jurado que jamás se separarían. A los 20, bueno seguimos creciendo, conociendo gente, aprendiendo de las experiencias ajenas y de las tuyas; te enamoras, formas relaciones... y este proceso "de Crecimiento" perdura en el tiempo, porque como bien
lo sabemos el tiempo no se detiene por nada ni nadie.

Este año decidí que mi vida cambiaría, que sería más madura, quizá volver a los 10, o tal vez a los 12, aun no lo he decidido, pero sé que el proceso de crecimiento no termina a los 14 o a los 18 o a los 21, es un proceso constante en donde si ya no es físico, es algo de mayor valor, es conocimiento, es tu vida.

Ahora que tengo 23, no me siento tan grande, no me siento una niña. Estoy feliz por cada experiencia, porque siempre he aprendido algo, porque sigo aprendiendo, sigo creciendo y por eso debo agradecer cada día.

No hay comentarios: